Los dos lobos se abalanzaron
sobre las caballerías, y el negro mordió el pescuezo de la burra. El
animal cayó a tierra y con ella el cura, que se rompió una pierna y ya
no pudo levantarse... Al cabo de un rato llegaron más y más lobos, una
manada enterita, y se pusieron a devorar el cadáver de la burra, con los
pies y los hocicos tintos de sangre...
Es hora de dar caza a la bestía. ¿Te atreves?